El origen del croissant se remonta al siglo XVII en Viena y tiene relación con la batalla de Kahlenberg en 1683, que sirvió para acabar con el bloqueo militar, era la segunda vez que sitiaban la ciudad.
Cuentan que empezaron a cavar un túnel las defensas de un ejército austríacos y polacos, pero olvidaron que los panaderos trabajaban de madrugada y gracias a ellos alertaron y los llevó a la derrota, entonces para celebrar la victoria y liberación crearon dos panes a los cuales le pusieron nombre, uno lo llamaron Leopoldo, en nombre al emperador Leopoldo I, archiduque de Viena, y el otro pan le pusieron halbmond, que en alemán significa media luna, como mofa del emblema de los musulmanes turcos y de hay nació lo que hoy en día es el croissant.
Los pasteleros vieneses, siguiendo las huellas del croissant, elaboraron otros tipos pero siempre siguiendo la misma forma de media luna, inventaron el Vanillekipfert, un croissant aromatizado con vainilla o como el Mandelbögen, que es más pequeño pero también aromatizado pero este de almendras, siempre de la misma forma de media luna, hicieron muchos más, unos de nueces y miel y otros con una pasta riquísima de semilla de amapola.
Hay empezó la fiebre del croissant que invadió poco a poco Europa hasta llegar a Francia y que por supuesto lo hicieron suyo y no es la primera vez que se adueñaban de algo, lo que si esta claro que los pasteleros y reposteros lo preparan de maravilla, para que queden crujiente y sabroso y allí el croissant es un ritual para los desayunos o acompañados con un buen café.
Se dice que llegó a Francia porque un oficial austriaco entre los años 1838 y 1839 abrió una panadería en Paris, allí vendía los Kipfler que sn los antecesores al croissant que hoy en día solo comparte la forma de media luna, y que pronto cogió fama entre los franceses y que poco a poco los panaderos y pasteleros de la zona comenzaron a imitarlos pero con otra masa distinta que es la de hoy en día la masa hojaldrada, muy popular en la repostería francesa.
También hay otra historia que se dice que el croissant llegó a Francia gracias a María Antonieta a finales del siglo XVIII, se comenta que el término croissant define por primera vez una pieza de panadería en el diccionario francés Littré en 1863 y que la primera receta del croissant se publicó en 1891, pero con otro tipo de masa, no la de hoy en día, la de masa hojaldrada data la fecha en 1905 en Francia y los franceses lo harían suyo en su país convirtiéndolo en un alimento típico del desayuno francés.
El croissant es un bollo elaborado con masa hojaldrada y abundante mantequilla, su masa hojaldrada hace que se haga capas y le de un toque crujiente en el exterior y jugoso y tierno en el interior, el croissant es tan versátil que lo puedes disfrutar tanto dulce como salado, admite todos los rellenos que quieras echarle y lo puedes disfrutar a cualquier hora del día. La palabra croissant en Francia significa creciente, por lo de la forma de cuarto creciente de la luna y que hace referencia obviamente a la forma del bollo.